Tras la I Guerra Mundial se firmó el Tratado de Versalles
en el que se le impuso a Alemania el excesivo pago de reparaciones de guerra,
el cual se tuvo que hacer frente durante la República de Weimar entre 1919 y
1933.
Para hacer frente a esto, se comenzó a emitir dinero sin ningún
tipo de control, y lo más importante, sin respaldo en oro. La abundancia de
este provocó la devaluación excesiva de la moneda y el aumento disparatado de
los precios.
Para las familias alemanas esto tuvo unas graves
consecuencias ya que en muy pocos meses habían gastado todos sus ahorros y no
tenían ni para comprar el pan.
Para hacernos una idea lo que en Julio de 1914 valía un 1
marco, en Noviembre de 1923 costaba 726.000.000.000 de marcos. Incluso en el Diario alemán del 28 de julio de 1923, en el titular decía que al
cambio, un dólar estadounidense equivale a un millón de marcos.
Situaciones sociales Original aquí |
Esto provocó que las personas para realizar cualquier
tipo de compra, tuviera que llevar el dinero en una carretilla. Se llegaron a
crear billetes de 100 billones de marcos, con el fin de que fueran más fáciles
de transportar. Se volvió al trueque y al mercado negro, y en muchas ocasiones
se pagaba incluso con cigarrillos.
El dinero estaba perdiendo tanto valor y los precios
estaban subiendo tanto los precios que los niños jugaban con fajos de billetes
y era más barato empapelar una pared con billetes que comprar papel de pared.
Todo esto creó una gran desconfianza ante el sistema
económico alemán y a su moneda. Aunque la inflación cedió a partir de 1924, la ruina de los
pequeños ahorradores y familias, el empobrecimiento de los asalariados y el
desempleo, provocaron serios problemas sociales y la falta de credibilidad hacia
la República de Weimar.
Por eso, se llegó a
calificar a la generación afectada por la hiperinflación, como unos
aventureros, que serían la base del reclutamiento de las Fuerzas Militares que
acompañaron las políticas expansionistas del Tercer Imperio de Adolf Hitler.
Esquema hiperinflación, |
Para reactivar la economía emitimos deuda pública. Si esta
es insuficiente incrementa la emisión de billetes, lo que hace que aumente el
precio del dinero y a su vez los precios de los productos. Todo esto provoca
disminución de los ingresos tributarios.
Por otro lado, si suben los precios, los trabajadores
quieren que suban sus salarios, lo que provoca el aumento de los costes de
producción al empresario que se reflejan en la subida de los precios de esos
productos. Junto a esto el ahorro disminuye por lo que la demanda de dinero
incrementa y esto lleva a una mayor subida de los precios.
Ante esta situación de precios altos y monedas que cada vez
valen menos por la masiva emisión de esta, el capital sale del país lo que
lleva al incremento del déficit.
En cuanto a los extranjeros, estos compran productos
alemanes ya que los ven más baratos si lo compran con su moneda. Si aumenta la
demanda extranjera aumenta de nuevo el precio de los productos. Sin embargo, se
realizan menos importaciones porque su precio aumenta.
Todo este bucle dio lugar a la hiperinflación alemana de
1920-1923.
Pero la verdadera solución llegó con el nuevo presidente
del Banco Central alemán, el Reichsbank, Hjalmar Schacht que creó una
nueva moneda, el Reichsmark, el
cual estaba sustentado en las tierras agrícolas y las propiedades
de la industria alemana en lugar de en oro. Esto fue un éxito hasta que
llegó la Depresión del 29 que afecto de forma directa el sistema económico
alemán siendo el desempleo el mayor problema que se solucionó durante el
Imperio de Hitler.
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