jueves, 31 de diciembre de 2015

Alemania en lo mas hondo.

Tras la I Guerra Mundial se firmó el Tratado de Versalles en el que se le impuso a Alemania el excesivo pago de reparaciones de guerra, el cual se tuvo que hacer frente durante la República de Weimar entre 1919 y 1933.
Para hacer frente a esto, se comenzó a emitir dinero sin ningún tipo de control, y lo más importante, sin respaldo en oro. La abundancia de este provocó la devaluación excesiva de la moneda y el aumento disparatado de los precios.
Para las familias alemanas esto tuvo unas graves consecuencias ya que en muy pocos meses habían gastado todos sus ahorros y no tenían ni para comprar el pan.
Para hacernos una idea lo que en Julio de 1914 valía un 1 marco, en Noviembre de 1923 costaba 726.000.000.000 de marcos. Incluso en el Diario alemán del 28 de julio de 1923, en el titular decía que al cambio, un dólar estadounidense equivale a un millón de marcos.
Situaciones sociales Original aquí
Esto provocó que las personas para realizar cualquier tipo de compra, tuviera que llevar el dinero en una carretilla. Se llegaron a crear billetes de 100 billones de marcos, con el fin de que fueran más fáciles de transportar. Se volvió al trueque y al mercado negro, y en muchas ocasiones se pagaba incluso con cigarrillos.
El dinero estaba perdiendo tanto valor y los precios estaban subiendo tanto los precios que los niños jugaban con fajos de billetes y era más barato empapelar una pared con billetes que comprar papel de pared.
Todo esto creó una gran desconfianza ante el sistema económico alemán y a su moneda. Aunque la inflación cedió a partir de 1924, la ruina de los pequeños ahorradores y familias, el empobrecimiento de los asalariados y el desempleo, provocaron serios problemas sociales y la falta de credibilidad hacia la República de Weimar.

Por eso, se llegó a calificar a la generación afectada por la hiperinflación, como unos aventureros, que serían la base del reclutamiento de las Fuerzas Militares que acompañaron las políticas expansionistas del Tercer Imperio de Adolf Hitler.

El pago de esas reparaciones de guerra, provocó dos cosas: Déficit público producido por el efecto crowding-out  y déficit en la balanza de pagos por la salida del capital alemán. Para solucionar esta situación podríamos hacer varias cosas que nos llevarían a un círculo vicioso del que es muy difícil salir.
Esquema hiperinflación,
Para reactivar la economía emitimos deuda pública. Si esta es insuficiente incrementa la emisión de billetes, lo que hace que aumente el precio del dinero y a su vez los precios de los productos. Todo esto provoca disminución de los ingresos tributarios.
Por otro lado, si suben los precios, los trabajadores quieren que suban sus salarios, lo que provoca el aumento de los costes de producción al empresario que se reflejan en la subida de los precios de esos productos. Junto a esto el ahorro disminuye por lo que la demanda de dinero incrementa y esto lleva a una mayor subida de los precios. 

Ante esta situación de precios altos y monedas que cada vez valen menos por la masiva emisión de esta, el capital sale del país lo que lleva al incremento del déficit.
En cuanto a los extranjeros, estos compran productos alemanes ya que los ven más baratos si lo compran con su moneda. Si aumenta la demanda extranjera aumenta de nuevo el precio de los productos. Sin embargo, se realizan menos importaciones porque su precio aumenta.
Todo este bucle dio lugar a la hiperinflación alemana de 1920-1923.
Pero la verdadera solución llegó con el nuevo presidente del Banco Central alemán, el Reichsbank, Hjalmar Schacht que creó una nueva moneda, el Reichsmark, el cual estaba sustentado en las tierras agrícolas y las propiedades de la industria alemana en lugar de en oro. Esto fue un éxito hasta que llegó la Depresión del 29 que afecto de forma directa el sistema económico alemán siendo el desempleo el mayor problema que se solucionó durante el Imperio de Hitler.

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