jueves, 26 de noviembre de 2015

Un cambio en la desesperación

Nos encontramos en una de las épocas más difíciles para los españoles, el franquismo, que consistió en una dictadura por parte del general Francisco Franco que duró desde 1945 a 1977. El franquismo se caracterizó por llevar a cabo un movimiento de carácter autoritario y autárquico.

Durante la primera etapa del franquismo, tras el fin de la Guerra Civil española hasta los años 50, España estuvo emergida en una gran depresión económica que llevó a un deterioro en el nivel de vida, un aumento del mercado negro con el fin de poder subsistir y una emigración masiva a países fundamentalmente de América.

Dejando esto a un lado vamos a centrarnos en una etapa específica de esta época, el desarrollismo, que comenzó en 1957. Este se llevó a cabo tras una agotada autarquía y una presión internacional a este régimen dictatorial por parte de un grupo de tecnócratas que pensaron que un crecimiento económico acabaría con la inestabilidad social.
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El desarrollismo consistió principalmente en una liberación de la economía aun en contra de la ideología del propio Franco, que tuvo que aceptar este Plan de Estabilización ya que España estaba en una situación espantosa.
Este Plan de estabilización constaba de la entrada del país en el comercio internacional, para ello debían mejorar del sistema fiscal y disminuir el déficit público, liberalizar los precios y libre la competencia, y por último fomentar de las inversiones extranjeras y del libre comercio. Esto llevó a unos primeros indicios de recuperación y a través de la publicidad se fue creando una sociedad de consumo.

En ese momento España tiene a la industria como motor de crecimiento. Esto se debió a la mejora de la productividad, gracias a la importación de tecnología, los bajos salarios de los trabajadores y la inversión extranjera. Cuando las exportaciones aumentaron fue posible la subida de los salarios, lo cual mejoró bastante el nivel de vida y permitió un incremento de la demanda.
Así comenzó el éxodo rural debido a la mejora de la vida en las ciudades y a la mecanización del campo, lo que creó bolsas de miseria en suburbios, y la aparición de chabolas por falta de viviendas en las grandes ciudades y el disparo descontrolado de sus precios. Frente a esto se tuvieron que llevar a cabo numerosos ajustes de plantilla, lo que hizo que aumentara el desempleo. Es aquí donde se creó lo que conocemos ahora como subsidios de paro. Debido  a este incremento del paro, más de 1000000 de personas emigraron a países de Europa y enviaban divisas a sus casas desde allí.

Cuando España empezó a tener un poco más de credibilidad en el exterior, surgió el conocido “boom turístico”, que trajo capital extranjero, y lo más importante, una modernización en la sociedad de un país que pocos años antes había tenido una vida lo más cercano a lo primitivo.


Por último decir que los beneficios del crecimiento no significaron un aumento del nivel de desarrollo del país en si, ya que tenían gran dependencia de la tecnología y las inversiones extranjeras y es Estado no cumplió su papel de redistribución ni fomentó la creación de infraestructuras necesarias para que continuara el desarrollo del país.

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